
Cuidado postoperatorio en cirugía veterinaria: técnicas avanzadas, recomendaciones clínicas y productos clave
25 de August 2025El éxito de un procedimiento quirúrgico veterinario no concluye con la correcta ejecución técnica en el quirófano. Por el contrario, marca el inicio de una fase crucial donde la fisiología del paciente, la intervención del equipo médico y la adherencia del tutor a las indicaciones postoperatorias determinan el desenlace clínico.
El manejo postoperatorio constituye una extensión crítica del acto quirúrgico y debe ser abordado con la misma rigurosidad y estructura protocolaria que la cirugía misma. La implementación de medidas sistematizadas orientadas a la vigilancia intensiva, el control multimodal del dolor, el manejo avanzado de heridas, la prevención de complicaciones infecciosas y el soporte nutricional es indispensable para optimizar el pronóstico y disminuir la tasa de morbilidad y reintervención quirúrgica.
1. Supervisión inmediata y monitorización de parámetros fisiológicos
Durante las primeras 8 a 24 horas postoperatorias, se recomienda una vigilancia intensiva con protocolos de monitoreo continuo, preferentemente en una unidad de cuidados postquirúrgicos (PACU, por sus siglas en inglés), especialmente en pacientes geriátricos, braquicéfalos o con comorbilidades sistémicas.
Debe realizarse una monitorización periódica de los siguientes parámetros fisiológicos:
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Temperatura corporal (vigilancia de hipotermia postanestésica o fiebre por sepsis o inflamación).
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Frecuencia cardíaca (FC) y ritmo cardíaco, con ayuda de monitor ECG si está disponible.
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Frecuencia respiratoria (FR) y esfuerzo respiratorio (valorando posibles atelectasias, hipoventilación o edema pulmonar postanestésico).
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Estado neurológico mediante la escala de Glasgow adaptada a veterinaria.
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Perfusión tisular: color de mucosas, tiempo de llenado capilar (TLC), presión arterial si es posible (Doppler u oscilométrica).
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Dolor postoperatorio, evaluado mediante escalas validadas como la escala de Glasgow o UNESP-Botucatu.
Todo signo de deterioro hemodinámico, depresión neurológica o alteración respiratoria debe ser atendido de forma inmediata.
2. Manejo del dolor: estrategias farmacológicas y multimodales
El control del dolor postoperatorio es fundamental no solo por razones éticas, sino porque el dolor no tratado tiene consecuencias fisiopatológicas negativas: hiperactivación simpática, hiperglucemia, inmunosupresión, retraso en la cicatrización y catabolismo muscular.
Se recomienda una estrategia analgésica multimodal, que puede incluir:
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Opioides: para el control de dolor moderado a severo.
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AINEs: para control de inflamación, siempre evaluando la función renal y hepática.
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Analgésicos adyuvantes: como tramadol, gabapentina (para dolor neuropático), etc.
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Bloqueos regionales: como técnica de analgesia preventiva en procedimientos ortopédicos o de abdomen caudal.
La evaluación periódica del dolor y el ajuste terapéutico individualizado son imprescindibles.
3. Restricción de actividad y manejo del reposo
La actividad física descontrolada durante el postoperatorio puede comprometer la integridad de la herida quirúrgica, inducir hemorragias internas o dehiscencia, y afectar estructuras ortopédicas reparadas.
El reposo debe incluir:
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Confinamiento en un área segura, silenciosa y ventilada.
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Evitar saltos, escaleras, juegos bruscos o interacción con otros animales.
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En casos de hiperactividad o ansiedad, valorar el uso de feromonas, juguetes de enriquecimiento ambiental o, en casos extremos, ansiolíticos.
El tiempo de restricción varía según la cirugía, pero típicamente es de 10 a 14 días. En procedimientos ortopédicos, puede extenderse a 4-6 semanas con rehabilitación gradual.
4. Protección de la incisión: dispositivos físicos y materiales avanzados
El lamido o mordisqueo de la herida quirúrgica puede introducir bacterias, abrir los planos de sutura o inducir granulomas de cuerpo extraño. La prevención es crítica.
Dispositivos recomendados:
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Collares isabelinos rígidos como el BUSTER Design Collar de Kruuse, por su durabilidad, flexibilidad y sistema de cierre tipo "clic". es una opción eficiente, cómoda y estética. Fabricado 100 % en polipropileno, es flexible, fácil de manejar y colocar, además de estar disponible en 7 tallas para adaptarse perfectamente a cada paciente. Su cierre tipo “clic” simplifica el ajuste y proporciona seguridad durante todo el periodo postquirúrgico.
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Alternativas al collar tradicional: collares inflables como BUSTER Collar Inflable, trajes postquirúrgicos BUSTER Body Suit para perros EasyGo o vendas funcionales como BUSTER Venda elástica tubular.
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Vendajes como Kruuse Fun-Flex, ideales por su elasticidad, adherencia sin pegamento y materiales hipoalergénicos. Que es ideal para la fijación de apósitos, soporte de esguinces o control de inflamación. Estas vendas destacan por su elasticidad, resistencia y facilidad de aplicación, además de contar con diseños coloridos y amigables que envían un mensaje positivo al tutor del paciente.
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Kruuse Chew-Stop, vendaje con sabor amargo que evita la manipulación del área intervenida, disuadiendo el lamido o mordisqueo, preservando la integridad del tratamiento local.
5. Manejo avanzado de heridas quirúrgicas
La inspección diaria debe valorar:
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Coloración de bordes, presencia de secreción, edema, signos de inflamación.
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Integridad de los puntos de sutura
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En presencia de drenajes, debe evaluarse el volumen, color y consistencia del exudado.
Productos útiles en la limpieza:
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Suero fisiológico estéril.
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Soluciones antisépticas no citotóxicas, como clorhexidina al 0.05 %.
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Pomadas con antibiótico tópico o cicatrizantes naturales con aloe vera, miel médica o aceites esenciales validados.
6. Nutrición postquirúrgica y soporte gastrointestinal
La nutrición en el postoperatorio inmediato debe considerar:
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Introducción gradual de agua y dieta blanda (alta digestibilidad, baja grasa).
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En pacientes críticos o con anorexia prolongada (>24–48 h), considerar alimentación asistida (jeringa, sonda nasogástrica).
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Uso de prebióticos/probióticos, protectores gástricos, si hay historial de vómitos o uso de AINEs.
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Evaluar función gastrointestinal con presencia de borborigmos, tránsito, vómito y defecación.
7. Prevención de complicaciones y seguimiento clínico
Es imprescindible instruir al propietario o personal sobre signos de alarma postoperatorios:
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Secreción purulenta o serohemorrágica.
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Dehiscencia parcial o total de la herida.
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Fiebre (>39.1 °C), letargia, disnea, disuria, anorexia persistente.
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Dolor refractario a analgésicos.
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Rechazo a la movilidad, claudicación o inflamación en extremidades tras cirugía ortopédica.
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Signos neurológicos (ataxia, pupilas anormales, convulsiones).
El seguimiento clínico debe incluir revisiones a las 24–48 h, a los 7 días y en la retirada de puntos o control radiográfico según el tipo de cirugía.
Conclusión
El manejo postoperatorio es una fase crítica que requiere un enfoque clínico estructurado, personalizado y sustentado en evidencia científica. La vigilancia intensiva, el control multimodal del dolor, la restricción física adecuada, el manejo avanzado de heridas y la prevención de complicaciones son pilares fundamentales en la recuperación del paciente quirúrgico.
El uso de herramientas como los collares BUSTER, vendas Fun-Flex o Chew-Stop de Kruuse, así como la correcta aplicación de protocolos clínicos de seguimiento, representan una diferencia significativa en los desenlaces clínicos y en la percepción del tutor respecto a la calidad del servicio veterinario.
Bibliografía
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