
Sondas urinarias en gatos: herramienta clave en el abordaje del FLUTD y la obstrucción felina
31 de Julio 2025El uso de sondas urinarias en gatos representa un procedimiento de vital importancia en el tratamiento del Síndrome Felino del Tracto Urinario Inferior (FLUTD, por sus siglas en inglés), especialmente en los casos en que existe obstrucción uretral, una urgencia médica frecuente en la práctica clínica felina. Este síndrome no es una enfermedad única, sino un conjunto de patologías que afectan la uretra y la vejiga urinaria, con manifestaciones clínicas que van desde disuria y hematuria hasta la anuria completa.
FLUTD: una condición multifactorial
La mayoría de los pacientes felinos afectados tienen entre 1 y 10 años y presentan signos clínicos como vocalización al orinar, periuria, presencia de sangre en la orina, aumento en la frecuencia de micción y, en casos graves, obstrucción total del tracto urinario. En estudios recientes, la cistitis idiopática felina representa hasta el 65 % de los casos no obstructivos y es también la principal responsable de la formación de tapones uretrales en los casos obstructivos.
Además de las alteraciones anatómicas y urolitos, el estrés, la obesidad, la baja hidratación, el sedentarismo y la alimentación seca exclusiva son factores de riesgo importantes en la etiología del FLUTD.
La obstrucción uretral: una urgencia clínica
Cuando la obstrucción es completa, el paciente presenta una vejiga distendida, firme, dolorosa y con imposibilidad para emitir orina. Esta condición puede desencadenar rápidamente hiperkalemia, acidosis metabólica, uremia y en casos no atendidos, la muerte del animal en un lapso de 48 a 72 horas.
La desobstrucción mediante sondaje uretral es el procedimiento de elección. Idealmente, se debe realizar bajo sedación o anestesia general para minimizar el dolor y el estrés del paciente, y reducir el riesgo de trauma uretral.
Elección y uso adecuado de sondas urinarias
El sondaje uretral en gatos machos con obstrucción urinaria es un procedimiento delicado que debe realizarse con extremo cuidado. La uretra felina es estrecha, larga y con una curva significativa en su porción pélvica, lo que la hace susceptible a lesiones durante la maniobra. Una técnica inapropiada puede causar desgarros, falsas vías, hematuria o incluso estenosis uretral en el mediano plazo.
En este contexto, las sondas urinarias de la marca Kruuse ofrecen una ventaja significativa gracias a su diseño optimizado para el abordaje felino: son flexibles, atraumáticas y están disponibles en calibres adecuados para gatos, lo que facilita su avance sin causar daño a la mucosa uretral.
Técnica de retrolavado
Cuando el tapón uretral no puede movilizarse manualmente o mediante masaje peniano, se puede realizar un retrolavado uretral, una técnica ampliamente usada y efectiva. El procedimiento consiste en:
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Sedar al paciente de forma adecuada para evitar resistencia o contracción muscular.
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Limpiar y exteriorizar el pene.
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Introducir cuidadosamente una sonda urinaria flexible (preferentemente de Kruuse).
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Conectar una jeringa, puede ser con una punta Minnesota, de 10–20 ml con solución salina estéril tibia.
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Aplicar presión moderada y pulsátil para empujar fragmentos del tapón hacia la vejiga.
Sondas recomendadas para retrolavado
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Sondas de punta de oliva (Minnesota): Fabricadas en acero inoxidable altamente pulido, su diseño redondeado y atraumático facilita la cateterización y el lavado sin dañar la uretra. La forma de la punta previene lesiones en la mucosa uretral, y su conector metálico tipo luer-lock asegura una conexión firme durante la irrigación. Son ideales para maniobras de lavado uretral y para casos de sondaje repetido.
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Sondas de punta abierta (Kruuse): Estas sondas presentan una rigidez controlada y una superficie lisa y lúbrica, lo que permite una inserción sencilla y segura incluso en uretras inflamadas. La placa de sutura es blanda, con orificios para fijación, lo que permite mantener la sonda en posición si se decide usarla como sonda de permanencia. También cuentan con un adaptador tipo luer-lock que facilita el acoplamiento con jeringas de irrigación. Su diseño abierto permite un flujo eficiente durante el retrolavado, haciendo más eficaz la remoción de tapones.
En muchos casos, el retrolavado permite desplazar tapones mucosos, cristales o detritos, liberando el paso sin necesidad de aplicar fuerza bruta o estiletes rígidos. Una vez restablecido el flujo de orina, se puede dejar una sonda de permanencia (como las sondas con puntas laterales) por 24 a 48 horas para mantener la uretra permeable y permitir la resolución del proceso inflamatorio.
El sondaje exitoso debe ir acompañado de una evaluación de la orina recolectada, para identificar si el tapón contenía cristales (como estruvita u oxalato cálcico) o si existen signos de hematuria, piuria o infección bacteriana.
¿Con o sin estilete?
Algunas sondas incluyen estilete (o guía rígida), cuyo propósito es proporcionar rigidez durante la inserción. Si bien pueden facilitar la progresión a través de un segmento uretral comprometido, su uso debe realizarse con extrema precaución, idealmente por manos experimentadas pues un de sus principales desventajas es el riesgo de perforación uretral, sobre todo si se ejerce demasiada fuerza o si no se retira el estilete antes de llegar al cuello vesical. Por ello, se recomienda avanzar lentamente, con buena visualización y siempre irrigando con suero fisiológico estéril para minimizar la fricción.
Una alternativa segura y eficaz es el uso de sondas sin estilete, combinadas con maniobras de retrolavado.
Abordaje integral: diagnóstico, tratamiento y prevención
La confirmación diagnóstica debe apoyarse en análisis sanguíneos para valorar la función renal y electrolitos, urianálisis con evaluación de sedimento urinario, y estudios de imagen (radiografías y ecografía) para descartar cálculos, masas u anomalías estructurales.
Tras la resolución del cuadro obstructivo, se recomienda hospitalización para monitorizar la función renal, mantener fluidoterapia y asegurar el restablecimiento de la micción espontánea. El tratamiento también incluye analgesia, relajantes uretrales, modificación dietética (especialmente en casos con urolitos), y control del estrés ambiental como estrategia preventiva de recurrencias.
Reflexión final
Las sondas urinarias son una herramienta indispensable en el manejo del FLUTD felino, especialmente en casos de obstrucción. Contar con insumos como los que ofrece Kruuse, diseñados específicamente para anatomía y fisiología felina, mejora los resultados clínicos y disminuye el riesgo de complicaciones iatrogénicas. Un manejo clínico integral, que combine diagnóstico certero, técnica depurada en el sondaje y seguimiento adecuado, puede marcar la diferencia en la evolución del paciente y prevenir recurrencias futuras.
Bibliografía
American College of Veterinary Surgeons. (s.f.). Urinary obstruction in male cats. https://www.acvs.org/es/small-animal/urinary-obstruction-in-male-cats/
Cuas Veterinaria. (2022, 7 de febrero). FLUTD: todo lo que una ATV necesita saber. https://cuasveterinaria.es/blog/flutd-todo-lo-que-una-atv-necesita-saber/
Vetformación. (s.f.). Enfermedades del tracto urinario inferior en el gato (FLUTD). https://www.vetformacion.com/enfermedades-del-tracto-urinario-inferior-en-el-gato-flutd/